Mi nota sobre Emprender en Argentina
Emprender en Argentina
¿Qué significa ser emprendedor? Según la Real Academia Española, es “quien emprende con resolución acciones o empresas innovadoras”. Pero, ¿qué es emprender? Aquí nos da una mejor definición: “Comenzar una obra, un negocio, un empeño, especialmente si encierran dificultad o peligro”.
Creo que, en los últimos años, 15 o 20 tal vez, la palabra se ha usado de muchas maneras diferentes.
Cuando se le pregunta a la gente qué es emprender, responden sobre casos de éxito tecnológico, o, al menos, con reflejo en los medios.
Veamos. Hay dos tipos de emprendedores (es una visión generalmente aceptada, pero no la única): el emprendedor por necesidad, y el emprendedor por oportunidad.
El emprendedor por necesidad, es aquel, que materializa una idea de negocio, sin conocimiento acabado del mismo, pero impulsado por la necesidad de generar ingresos adicionales, o por no tener trabajo. Este fenómeno fue muy importante luego de la crisis del 2001 en Argentina. Incluso, existieron muchos emprendedores que adoptaron el sistema de trueque.
Tal vez, por una cuestión de memoria colectiva de lo que pasó en esas fechas, mucha gente equipara el concepto de emprendedor con el de “pobrecito”, sobre todo, es un fenómeno que se entiende en el interior.
En cuanto al emprendedor por oportunidad, es aquel que ve una posibilidad cierta de negocio, y la lleva adelante. Algunos lo hacen sin medir las consecuencias. Otros, analizando el mercado, capacitándose, etc.
Entonces, ¿los emprendedores existen desde la crisis del 2001? ¿O vienen de antes de la crisis de la Puntocom en los 90? Ni una cosa, ni otra. Los emprendedores existen desde que hubo personas que se animaron a desarrollar oportunidades.
Emprendedores son los que se animaron explorar, a comerciar, a crear, a innovar. Desde que nuestro país nació, existieron emprendedores. Quizá las mayores olas de emprendedores fueron las de inmigrantes de la Primera Guerra Mundial y Segunda Guerra Mundial. Muchos se convirtieron en artesanos, en comerciantes, incluso muchos fueron emprendedores en los campos de todo nuestro país.
El mejor sinónimo de emprendedor, es empresario. Lamentablemente, la palabra empresario tiene mala prensa en nuestro país. Un país donde festejan a los ídolos de barro, pero no a aquellos que lograron cosas porque se animaron. Volvamos a la Real Academia. Empresa, es una acción o tarea que entraña dificultad y cuya ejecución requiere decisión y esfuerzo. Una empresa, es una aventura. Un emprendedor, es un aventurero. Y existen desde siempre. El mundo pudo avanzar por aquellos que se animaron a la aventura. No es cuestión económica solamente. Hay emprendedores en las artes, el deporte, la ciencia, la política, y en todas y cada área relacionada con el desarrollo humano. El concepto de emprendedor, es un claro ejemplo del problema con las palabras, y las generalizaciones.
Ser emprendedor es ser aventurero como dijimos. Pero no es sólo eso. Muchas veces se invita a la gente a que sueñe. Pero no se muestra que estos caminos son difíciles. El triunfo emprendedor, es una escalera hecha de fracasos. Quizá, otro de los problemas en nuestro país es la condena al fracaso. En casi todo el mundo, se respeta a los que emprenden y fracasan, porque saben que volverán a ponerse de pie, y triunfarán a la larga. Por eso la sociedad y el estado los apoya.
Argentina, poco a poco, es un terreno apto para los emprendedores. Pero no es fácil, porque nuestro país, desde lo oficial, apoya los emprendimientos, pero luego los castiga de mil maneras. Y no es una cuestión de democracias o dictaduras, o de partidos políticos. Cuando cualquier emprendimiento levanta cabeza, es atacado por una cantidad infinita de normativas e impuestos, que hace dudar hasta a los más valientes. Incluso el tema de las habilitaciones, la formalización del trabajo, y demás…
¿Y en el NEA? La situación no es muy diferente. Hay emprendedores de todo tipo, edad, sexo, condición, ideología, etc. Tienen apoyo parcial del estado nacional, provinciales y, en algunos casos, municipales. Por lo general, el apoyo es monetario y, en algunos casos, de capacitación, y menos aún, asistencia técnica. Sin embargo, es clara la necesidad de incubar el gen emprendedor, desde los primeros años. Hay una gran pregunta en el ecosistema emprendedor. Un emprendedor, ¿nace o se hace? Nadie puede tener la respuesta a ciencia cierta. Lo que es necesario, es que exista un estado y una sociedad que acompañen a la formación y el desarrollo de los emprendedores.
Hay unas preguntas comunes entre casi todas las personas. ¿Quién soy? ¿De dónde vengo? ¿A dónde voy? Es muy difícil y personal poder responder estas preguntas. Sin embargo, hay una cuestión de importancia en el desarrollo de la vida individual. Seguir los sueños. Nuestra sociedad, no entiende o no sabe acompañar los sueños de cada persona. Claramente no alcanza solamente con soñar. Hay que acompañar en el desarrollo de la pasión que lleva a la acción, que es el punto más difícil de lograr en los emprendedores. Para ello, además del estado, además de la sociedad, la familia se convierte en el punto fundamental de apoyo para el logro de estos sueños.
Emprender, no es un trabajo. Emprender es una forma de vida. Cualquiera puede ser emprendedor. No es cuestión de edad, o situación social. Es cuestión de que, entre todos, acompañemos los sueños de la gente. Que no proyectemos nuestros miedos a los demás.
¿No es hora de saber qué deseamos, o qué soñamos, y emprender para lograrlo? No es cuestión de crear una empresa o un comercio. Es cuestión de generar pequeños cambios en nuestra vida, que generarán más y mejores oportunidades.
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