La vida suele ser algo muy sutil...
La vida es muy particular. Ayer terminamos el día con risas, habiendo pasado un buen momento con amigos. Nos acostamos tarde,esperando arrancar otro día. Y nos fuimos a dormir dando por hecho lo que sería obvio, un "buen día amorchu" y a hacer el desayuno. Pero esta vez, no fue así. Sonó el timbre de la calle. Eran más o menos las 4AM. "Hay un incendio en el 11D! Hay que evacuar por escalera de emergencia!". En un segundo nos pasó la vida. Segundos que duraron eternidades y eternidades que duraron segundos. Existía la posibilidad de perder todo. TODO. No había tiempo parar pensar. Pero qué es lo importante para nosotros? Todo era rápido y lento al mismo tiempo. Los documentos, las Notebooks fueron a una mochila. Y Millie a su bolso. No había tiempo. Nos golpeaban las puertas. Se podía oler el humo. Se podía oler el miedo. Salí a uno de los balcones para meter las plantas y el humo era terrible... Evidentemente había que bajar. Bajamos los trece pisos por una de las escaleras de emergencia. Nos cruzamos con bomberos y un señor en silla de ruedas. Muchos de nuestros vecinos ya estaban abajo. Varias dotaciones de bomberos, patrullas, ambulancias... Era grave lo que pasaba. Muchos comentarios. Muchas dudas... Y mucha solidaridad... Los porteros, los vecinos, policías, bomberos, la gente de la universidad Popular. Mucha gente con sus mascotas. Dentro de los nervios sólo quedaba esperar... Tres horas después más o menos, pudimos volver a casa. Ya nos habían avisado que los daños fueron en un sólo departamento. Graves daños por cierto. Nos sentamos los tres en la cama. Ya estaba todo en orden. Nuestro mundo estaba intacto. Pero la angustia apareció. Lágrimas, dolores en el cuerpo, y muchos pensamientos y sentimientos... Nada cambió, y todo cambió. Salgo al balcón y veo que está negro. El incendio había sido dos pisos abajo. Y cuando vi la foto del fuego, me di cuenta que estuvo muy cerca. Nada cambió. Todo cambió. Creo que son momentos en la vida que te hacen pensar en hacer un Reset de la vida y pensar y repensar todo. Y acá estoy. Pensando qué quiero y qué no. Espero poder vivir cada día. Vivir. Y al momento que tenga que pasar a otro plano, saber que pude soñar y hacer. Y por cierto, espero que a Facundo y a su familia, que son los que realmente fueron afectados, se les ilumine el camino para que es mal momento, sea en poco tiempo, una anécdota para contar en familia o con amigos...