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Nota en Haciendo Industria: el fracaso emprendedor


EL FRACASO EMPRENDEDOR

Uno de los mayores frenos que hay en el mundo emprendedor, es el miedo a fracasar. Lamentablemente, la sociedad argentina condena al fracaso, lo ve como algo malo. El fracaso es inevitable en el camino al éxito. El verdadero espíritu emprendedor, radica en capitalizar la experiencia adquirida para mejorar nuestros proyectos.

Más del 80% de los emprendedores que inician empresas fracasan en los primeros 18 meses. Un porcentaje alto y demoledor…

Hay muchos grandes fracasados a lo largo de la historia:

  • Henry Ford: el fundador de Ford construyó muchos prototipos que fallaron. Tardó muchos años en encontrar el modelo, y la forma de producirlo.

  • J.K. Rowling: la autora de Harry Potter, le fue muy difícil poder publicar sus libros inicialmente.

  • Steve Jobs: el fundador de Apple tuvo muchos fracasos, hasta lo despidieron de su propia empresa.

  • Jack Ma: el titular de Alibaba fue rechazado por más de 30 empresas, y de Harvard 10 veces.

Y la lista sigue con muchos famosos que cambiaron la historia y la actualidad.

"No fracasé, sólo descubrí 999 maneras de cómo no hacer una bombilla" - Thomas Edison.

La cantidad de fracasos es infinita. Fracaso y éxito son las dos caras de una moneda. Es normal cometer errores. Sin embargo, hay formas de minimizar los fracasos.

No estar enamorado del producto o servicio: uno de los grandes peligros es creer que el producto o servicio es único, increíble, imposible de superar. Y que todos te lo quieren robar. Que vale millones y un largo etcétera. Una buena idea no es suficiente. La propuesta de valor de tu producto o servicio debe solucionar algún problema o necesidad no cubierta del mercado y que éste la compre. Hay que saber pensar en grande. Todo proyecto, por chico que sea, debe ser escalable y, en algún aspecto, innovador. Hay que estar dispuesto a desarrollar mercados alternativos, a conocer nuestros mercados potenciales, y nuestra competencia actual y potencial. Finalmente, hay que aprender a decir que NO cuando un proyecto o idea no sirve.

Estar informado, estar actualizado, estar contactado: vivimos en un mundo cambiante, dinámico, donde una noticia puede cambiar todo en segundos. Estar informado debe ser una tarea diaria. En particular de los temas de tu proyecto, actualizándote en las últimas novedades y tendencias. Finalmente, no vivimos en una burbuja. Podemos y debemos estar conectados. El networking se ha convertido en uno de los puntos vitales del éxito. No sólo mejorar los actuales contactos, sino desarrollar nuevos.

Espacio, tiempo y oportunidad: Que lo urgente no tape lo importante. Hay que centrarse en el hoy, pero sin perder de vista el largo plazo. El día a día puede hacerte perder ese camino. Además, es importante no confundir una idea, con una oportunidad, con un negocio. Es preciso entender el cuándo y el dónde. Facebook, por ejemplo, no fue la primera red social, hubo muchas anteriores. Lo mismo Google, no fue el primer buscador. Ni siquiera, actualmente, es el mejor.

Equipo: los integrantes del proyecto, son quizá el aspecto más importante de todo proyecto. Un socio no es un amigo. Un socio no es el que hace lo mismo que uno. Un socio es un complemento en el proyecto, y en la pasión por el logro. Por otro lado, hay otros socios imprescindibles, como los profesionales externos. Saber elegirlos por capacidad y por afinidad es fundamental. Los inversionistas son, por otro lado, necesarios y hasta imprescindibles. Ellos buscan lograr generar más y mejores ingresos. Y en función a ello debemos tener en claro nuestra relación y la visión. Por último, hay que destacar que tenemos otros socios que muchas veces no son tomados en cuenta: los proveedores. Tener aquello que necesitamos en tiempo y forma, con las mejores condiciones, puede marcar la diferencia entre un triunfo y un fracaso.

Plan de negocios: por desgracia, esta herramienta se mal interpreta. Se lo plantea para como forma de obtener un crédito o un beneficio, o es enseñado por teóricos que no conocen la realidad “de la calle”. El Plan de Negocios o PDN, es un mapa, el cual nos dice dónde estamos, a dónde queremos ir, y el camino a recorrer. Es una herramienta dinámica, que hay que ir cambiándola a cada momento, porque las variables cambian con mucha rapidez. En una nota posterior, hablaremos más profundamente de este tema. Pero hay un consejo: pasen todo a papel, todas las ideas. Para luego poder dar un orden a las mismas. Lo más importante, es definir cuál es nuestro negocio, y qué hacemos nosotros en él. Luego, cotejarlo con la realidad.

Protegerse: si hay una idea o creación debe protegerse con una patente o modelo de utilidad. Si se desarrolla una marca hay que registrarla. Si se hace una sociedad o un acuerdo, hay que hacer una sociedad bien establecida, o realizar un contrato acorde. Nunca hay que olvidar que “Las cuentas claras, conservan la amistad…”

No alcanza con ser, hay que parecer: hay que adaptarse al mercado no solo con el producto o servicio, sino con la imagen: redes, website, tarjetas, y dependiendo el servicio o producto, la ubicación acorde.

Actitud: paciencia y energía son características de importancia para poder llegar a la meta. Muchos bajan los brazos antes de tiempo. Al mismo tiempo, es necesario un real compromiso con el proyecto. No es un hobby. Es una decisión de vida, de presente y de futuro.

Números y control. Tener una noción real de los números es realmente importante. Realizar una planificación financiera permite no cometer errores como los que cometen aquellos que miden su éxito por la economía de caja (medir un negocio por lo que factura en un tiempo determinado). Tener el capital suficiente para enfrentar cualquier tipo de problemas, no sólo minimiza los riesgos, sino que también minimiza el estrés…

Fracasar no es perder. Perder es no actuar.” Hazlo o no lo hagas… pero no lo intentes.” Maestro Yoda, Star Wars.


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